¡Es increíble cómo en el mundo de la literatura todavía existen premios que parecen más un chiste que un reconocimiento real! ¿Qué se puede decir del primer DAG Prize? Michael Zapata, aclamado por su obra en el movimiento Latinofuturism, recibe 20,000 dólares, y mientras tanto, innumerables autores talentosos quedan en la sombra. Este tipo de concursos son un reflejo de un sistema que premia la mediocridad en lugar de la originalidad y el esfuerzo genuino. ¿Dónde está la justicia en esto? La literatura debería ser un espacio de inclusión, no un club exclusivo. Es hora de abrir los ojos y cuestionar qué tipo de voz estamos realmente celebrando. ¡Despertemos!

#